lunes, 27 de diciembre de 2010

...El próximo año será mejor

El tiempo se desliza sin pausa por el tobogán de nuestra vida y otro año llega a su recta final.

Sólo unos días sin tachar en el calendario, nos separan de esas doce campanadas que darán paso al sonido de los brindis, las risas, los besos y los abrazos por doquier.
Es tiempo de abrir los cajones en los que quedaron guardados los propósitos que no se cumplieron.

De desempolvar las metas que no alcanzamos, los proyectos que nunca emprendimos, los deseos que se olvidaron...y volver a soñar con un año mejor.

Nos prometeremos ser mejores personas, cuidar más nuestra salud, dedicar más tiempo a la familia, cuidar de los amigos, sonreir más, enfadarnos menos, organizarnos mejor.

Porque empieza un nuevo año y toca ser feliz.

Realizaremos un sinfín de rituales para que la suerte nos sonría, conjuros para alejar las penas, hechizos para encontrar el amor.

Todo vale con tal de que creer que el próximo año será mejor.

Alzaremos nuestra copa convencidos de que el 2011 será especial, volcando nuestras esperanzas en que cambiará nuestra situación económica, laboral, personal o familiar.

Arrancaremos la última página del calendario con la ilusión de dejar atrás una carrera de obstáculos, con la fe de que ya pasó lo peor, de que nuestra suerte cambiará.

Se acaba el año y se nota en el ambiente, en el ánimo de quienes necesitan creer que se cierra una etapa, de que lo que está por venir, será mejor.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Aprobada...

Pues sí...tal y como dice el título de este post, voy a poder disfrutar de unos días de descanso mental, una vez terminada la jornada laboral, porque afortunadamente, he aprobado los módulos programados hasta la fecha.
Por si alguien no se ha enterado, he vuelto a ser estudiante, con carnet y todo incluido.jajaja.
Ahora tendré un poco más de tiempo para mi, para el blog, y sobre todo para descansar un poco, que últimamente he pasado los días con los apuntes en la mano, la calculadora y un cuaderno lleno de números.
Eso sí, no he aprendido a hacer malabarismos suficientes como para mejorar mi economía, y las cuentas siguen sin salirme. Pero esa es otra historia.
No voy a extenderme más en este post, porque ahora mismo el sofá me está llamando a gritos, diciéndome...ven, ven, ven.
Sólo quería compartir con todos ustedes la "buena nueva"...HE APROBADO.
Aún queda mucho camino por recorrer, pero de momento, a disfrutar de mis primeros logros, que mi trabajo me ha costado.

martes, 14 de diciembre de 2010

Un canto desafinado a La Navidad.

Llegó de nuevo La Navidad, y con ella, los buenos deseos que luego se olvidan, los nuevos propósitos que no se terminan, el consumismo que nos deja "a dos velas", la cuesta de enero y la poco conciencia, de quienes sólo son buenos, en estas fechas concretas.
Por eso yo este año...
No quiero luces de colores que adornen mi balcón parpadeando de forma intermitente, sólo porque es Navidad.
Quiero luces en mi corazón que espanten el miedo hasta hacerlo desaparecer, colores variados con los que pintar el dolor para que no sea tan negro.
No quiero árboles cargados de adornos, ni una estrella brillante en la copa de un pino artificial.
Quiero acurrucarme contigo bajo la luz de la luna y pedir un deseo a una estrella fugaz.
No quiero regalos envueltos en papeles pintados a mano, esperando que llegue un día concreto para descubrir lo que hay.
Quiero que me regales cada día una sonrisa y besos sin empaquetar.
No quiero hacerme falsas promesas de que con el nuevo año empezará una vida mejor.
Quiero que cada mañana sea una nueva oportunidad de superación.
Me niego a repartir besos y abrazos fingidos a quien ayer me dio la espalda, aunque digan que todo es posible en Navidad.
Hay que pedir perdón y hay que saber perdonar, pero no ser tan hipócrita de creer que todo está olvidado, sólo porque es Navidad.
Quiero estar rodeada de quienes de verdad me aprecian y me valoran tal y como soy, con mis virtudes y mis defectos, sin pedirme que cambie.
No creo en milagros navideños que sólo duran unos cuantos días, ni en palabras "sinceras" cargadas de tiña.
No quiero tarjetas con música, ni postales navideñas
Quiero que escribas mi nombre en cualquier papel, porque simplemente, te has acordado de mi.
No quiero pensar que cuando llega Diciembre la vida es más rosa, que los problemas se olvidan y hay que ser mejor persona...¿Y el resto del tiempo?
Y quiero ser la misma que ayer y un poco mejor que mañana, y decir lo que pienso y sentir lo que siento, sin que importe que sea Diciembre o que vuelva a ser Enero.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Hablar y Callar...

Tras estos silencios en los que últimamente me veo obligada a sumirme, más por falta de tiempo, que por ganas de expresar...hoy quiero compartir un texto que he encontrado de casualidad navegando por la red, y que precisamente versa sobre el arte de hablar y la virtud de callar.



HABLAR es fácil pero CALLAR Requiere prudencia y Dominio

HABLAR oportunamente, es acierto.

HABLAR frente al enemigo, es civismo.

HABLAR ante la injusticia, es valentía.

HABLAR para rectificar, es un deber.

HABLAR para defender, es compasión.

HABLAR ante un dolor, es consolar.

HABLAR para ayudar a otros, es caridad.

HABLAR con sinceridad, es rectitud.

HABLAR de si mismo, es vanidad.

HABLAR restituyéndote fama, es honradez.

HABLAR disipando falsos, es conciencia.

HABLAR de defectos, es lastimar.

HABLAR debiendo callar, es necedad.

HABLAR por hablar, es tontería.



CALLAR cuando acusan, es heroísmo.

CALLAR cuando insultan, es amor.

CALLAR las propias penas, es sacrificio.

CALLAR de si mismo, es humildad.

CALLAR miserias humanas, es caridad.

CALLAR a tiempo, es prudencia.

CALLAR en el dolor, es penitencia.

CALLAR palabras inútiles, es virtud.

CALLAR cuando hieren, es santidad.

CALLAR para defender, es nobleza.

CALLAR defectos ajenos, es benevolencia.

CALLAR debiendo hablar, es cobardía.

Debemos aprender primero a CALLAR para luego poder HABLAR

Recuerda siempre: Que tus palabras sean más importantes que el Silencio que rompes