Llevo más de una semana sin publicar nada nuevo, aunque no he dejado de visitar los blogs que sigo habitualmente y que ya forman parte de mi día a día.
Los motivos de mi "retiro" son principalmente dos. El primero de ellos, es que no sé porqué a la hora de escribir un nuevo post, me sale todo tan revolucionado (letras extrañas, palabras desordenadas, incompletas, borrosas...espero que sea un problema de blogger y no mío), y por otra parte, porque mis últimas entradas han versado sobre situaciones difíciles y dolorosas de mi vida.
Como las cosas apenas ha cambiado, y supongo que ya bastante tienen ustedes con sus propios problemas como para estar aguantando los míos, he preferido mantenerme un poco al margen. Sé que más de uno sabe perfectamente de lo que hablo, de hecho, me consta que no soy la única que ha tomado esa decisión con respecto a su blog.Si por un casual, alguien se plantea la siguiente pregunta :-"¿Por qué no escribes sobre otros temas que no sean tan personales?"-, sólo reiterar que "estos retales siempre han sido fieles a mis sentimientos, a mi estado de ánimo, a mis experiencias particulares y a mi vida en general, por lo tanto, me cuesta muchísimo salir de esa línea que marca cada una de mis entradas.
No me siento capaz de hablar sobre cualquier tema sin titubear, aunque trato de estar al corriente de la actualidad informativa, no soy de las que habla a la ligera sobre lo primero que le viene a la cabeza, porque una cosa es debatir, y otra muy distinta, "monologar".
De acuerdo, estoy encantada con el triunfo de La Selección Española, pero a estas alturas, ya está todo dicho sobre el Mundial, porque digo yo, que todos saben que "hemos ganado", ¿Verdad?. Y aunque no me guste el fútbol en demasía, debo reconocer que un evento de estas características, va más allá de un acontecimiento histórico deportivo. Al menos, ha servido como excusa para compartir unos ratos entre amigos y disfrutar de unas cervezas bien fresquitas.
Estoy encantada igualmente con el "fantástico beso" entre Iker Casillas y Sara Carbonero. Que sí, que eso es amor y lo demás es tontería.
He sentido el agobio de las altísimas temperaturas que han asolado gran parte de nuestro país y más allá, con la suerte de tener la playa cerca y darme algún que otro chapuzón, con un precioso bronceado como "efecto secundario".
Estoy asqueada de que sólo se hable de "crisis", de que los recortes económicos sólo afecten a quienes menos tienen (porque los ricos cada vez son más ricos y los pobres más pobres). De que el paro siga creciendo, de continuar siendo un número en el INEM, de que los domingos no dejen de ser domingos, de pagar la hipoteca de una casa y no sentir que tengo un hogar (ni siquiera una vivienda digna por culpa de la corrupción inmobiliaria y administrativa de "algunos personajes" que se han llenado los bolsillos vacíando la poca vergüenza que les quedaba).
Sigo en mi lucha por buscar cada día un nuevo motivo para sonreir, por no perder el ánimo y la fuerza de seguir adelante, por seguir planteándome que "hoy puede ser un gran día", aunque me acueste con la sensación de que "podría haber sido mejor".
Continuo añorando a algunas personas que forman parte de mi vida, y que sin saber por qué, no quieren que yo forme parte de la suya.
Hecho este breve resumen, creo que está más que justificada mi ausencia por estos "lares", pero con permiso de ustedes, seguiré colándome por las ventanas que encuentre abiertas durante mis paseos por la "blogoesfera".
Antes de poner el punto y aparte a esta entrada, una última cosa:
Para los que están de vacaciones, un deseo...que las disfruten.
Paras los que aún no han podido comenzar su período de descanso...mucho ánimo, ya queda menos.
Para quienes sientan que "la vida es cuesta arriba"...bienvenidos al club.
Para todos y para todas...Un beso enorme y gracias por estar ahí a pesar de todo. Cada palabra de aliento, cada comentario de ánimo, es un soplo de aire fresco.
Espero que muy pronto, pueda escribir una nueva entrada dando buenas noticias sobre lo que pasa a mi alrededor, mientras llega ese momento, trataré de aplicar la célebre frase según la cual, es recomendable hablar cuando las palabras valgan más que el silencio.