lunes, 31 de enero de 2011

Desvaríos (III)

Sigo esperando despertar una mañana y comprobar que todo fue una pesadilla que duró demasiado tiempo. Que nada de aquello fue verdad, y que la verdad fue sólo una mentira.
Espero el momento de quitar el "pause" y pulsar el "play" de mi vida.
Quiero que el botón para rebobinar deje de funcionar y no quede más remedio que seguir adelante.
Y mientras tú vives en tu burbuja de cristal, mezclando la fantasía con tu propia realidad, yo sigo temiéndole al futuro, temiéndole a la vida. Odiándome por no ser capaz de olvidarte.
Mientras tu vida transcurre entre trozos de papel donde plasmas poesía, la mía se pone cuesta arriba por los sueños que soñé y que se truncaron un día.
Y me persigue el recuerdo de lo que fue, y me ahoga la pena por lo que pudo haber sido.
Hasta cuándo duele el dolor. Cuándo se olvida el olvido. Cuándo se muere el amor que se empeña en estar vivo.
Y mientras pasa la vida, siento que se me escapa el tiempo y me "acojona" pensar que no volveré a sentir lo mismo, que no habrá más príncipes a caballo, ni más reino que una cama vacía y fría, donde descansa tu recuerdo.

jueves, 27 de enero de 2011

De la amistad...

"Cuando un amigo nos pide algo, la palabra mañana no existe"(George Herbert)

No puedo presumir de ser una persona "popular" entre quienes me rodean. Ni puedo presumir de tener a un montón gente a la que recurrir en mis mejores o peores momentos.
Nunca he servido para reirle las gracias a nadie a cambio de una amistad, y reconozco que tampoco soy la mejor compañía para quienes siempre se toman la vida a la ligera, o se ríen hasta de su sombra.
Quizás me iría mucho mejor en la vida si multiplicara el humor y restara "responsabilidad", pero qué le vamos a hacer. Justamente, hace unos días me dijo mi hermano que debería ser menos responsable, que me faltaba un punto de locura. Y sí, sería estupendo tener la capacidad de mirar a otro lado cuando las cosas se ponen difíciles.
Sería maravilloso poder elegir con quién quiero compartir un café y con quién simplemente prefiero irme de compras. Pero lamentablemente carezco de esa cualidad que hace que "le caigas bien" a la mayoría de la gente, lo cual no quiere decir que sea una persona desagradable, pero sí que suelo mantener cierta distancia antes de encajar o desencajar con alguien.
Tampoco soy una mujer que llame demasiado la atención, con lo cual no despierto ningún tipo de "admiración", y aunque no me considero un muermo, tampoco soy la "diversión personificada".
Sin embargo, puedo pasar horas charlando con quien me ofrezca una buena conversación, sin demasiadas trivialidades. Bailar durante horas, beber durante horas, pasear durante horas...pero reconozco que no soy de las que encuentra "amistades" por doquier.
Eso sí, cuando alguien de mi entorno reclama mi atención por el motivo que sea, procuro estar ahí para ofrecer mi hombro y mi apoyo emocional, incluso a quienes en su momento, no lo hicieron conmigo. Da igual, no aplico firmemente la ley de talión, "ojo por ojo y diente por diente".
Admito que me gustaría tener más amistades o al menos, más gente con la que compartir determinados momentos de mi vida, porque a nadie se le escapa que la amistad verdadera es un bien muy escaso, y que los amigos de verdad, se pueden contar con los dedos de una mano.
Para mi, la amistad verdadera está por encima de casi todo. No entiende de reproches ni admite rencores.
Los verdaderos amigos, están ahí en cualquier momento, y acuden a nuestro encuentro sin ser llamados cuando saben que no estamos bien, cuando necesitamos un empujón para seguir adelante, y son los primeros en saber que la vida nos sonríe, cuando las cosas marchan bien.
Los verdaderos amigos no hacen preguntas, ni juzgan, ni condenan...simplemente escuchan, apoyan, animan y consuelan. Que cada uno tiene suficiente con la cruz que lleva a cuestas.
Los verdaderos amigos no exigen, ni acosan, ni agobian...
Los verdaderos amigos no son aquellos que nos quieren de forma egoísta, o que piden "algo" a cambio.
Los verdaderos amigos no ponen condiciones porque su amistad es incondicional.
Con ellos, podemos ser nosotros mismos, sin máscaras ni maquillaje, sin temor a lo que decimos o cómo lo decimos, porque ningún mal entendido podrá romper ese "vínculo" que mantenemos con la otra persona.
Los verdaderos amigos creen que la amistad es más importante que cualquier cosa material, inclusive el dinero, puesto que la verdadera amistad no se compra ni se vende.
Los verdaderos amigos...¿existen o es una utopía?

miércoles, 26 de enero de 2011

Desvaríos (II)

¿Cómo se sigue adelante cuando se acaba el camino?

¿Cómo se puede bajar si no se ha subido?

Qué hago para olvidar, si no me alcanza la memoria para recordar que debo olvidarle.

Cómo olvido sus besos si no puedo olvidar el saber de su boca.
Cómo olvido su cuerpo si no puedo olvidar el calor de sus manos.
Cómo olvido sus ojos, si todavía recuerdo cada mirada.
Cómo olvido su aroma, si aún me embriaga el olor de su piel.

Y trato inútilmente de olvidar, pero me olvido que debo olvidarle y empiezo de nuevo a recordar...

¿Cómo empiezo de nuevo si no soy capaz de empezar?
¿Cómo me enfrento al futuro si no soy capaz de olvidar?

Y trato inútilmente de volver a querer,
trato inútilmente de poderle olvidar.
Y quiero partir de cero, quiero volver a empezar
quiero soñar que no sueño y quiero volver a soñar.

Así son mis desvaríos...a veces mentira y a veces verdad.
 

lunes, 24 de enero de 2011

Desvaríos (I)

"Es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él. Pues quien cojea en el camino, aunque avance poco, se acerca a la meta, mientras que quien va fuera de él, cuanto más corre, más se aleja"
(Angel Ganivet)

Despacio, sin prisa pero sin pausa, a veces coja y a veces recta, así continuo en esta etapa de mi vida, tratando de perseguir nuevos objetivos, pero sin acabar de encontrar mi camino.
No tardaré en actualizar el blog con algunas cosillas que he ido escribiendo de cualquier forma y en cualquier lugar...servilletas arrugadas, pedazos de papel y hasta una agenda nueva, son testigos de algunos de mis desvaríos...pero los desvaríos también son retales de mi vida, y dicen que "en el país de los ciegos, el tuerto es el rey".
(Ciega, lo que se dice ciega no estoy, pero sí que cada día me siento más miope; pero esa es otra historia de la que ya hablaremos)

Cambiando de asunto, quiero expresar mi total alegría por haber alcanzado los 61 seguidores. No sé si merezco tal "elenco", pero en cualquier caso, estoy tremendamente orgullosa de pensar que mis letras puedan interesar a alguien. Si en algún momento he captado tu atención, gracias por regalarme tu tiempo. Mi casa siempre estará abierta para ti, a cualquier hora, cualquiero día de la semana, y ya sabes que puedes servirte lo que te apetezca, sin condiciones, ni peros, ni porqués.

Ando inmersa en un momento personal que apenas me deja tiempo para mi. Las cosas se ponen cada vez más complicadas en el apartado personal-profesional-laboral...y eso me tiene "de los nervios". Tanto es así, que la consecuencia más directa es un pequeño sarpullido que recorre parte de mi cuerpo a causa del estrés y de los nervios.
Tendré que priorizar algunos asuntos y centrarme en aquello que realmente me conviene o interesa, porque desde luego es imposible "estar en misa y repicando". (Vaya, otro refrán al canto).

En fin, que actualizaré muy pronto, que a pesar de todos los pesares no les pierdo la pista, abro a diario el blogger para leer nuevos post y no perder detalle de lo que pasa en vuestras vidas, que siempre es un aliento fresco saber que estáis ahí...

Un beso enorme para todos y para todas (que este año en el curro estamos cuidando mucho lo del lenguaje no sexista, y no vaya a ser que me lea alguna de las compañeras de Igualdad), y gracias por seguir formando parte de los Retales de mi Vida.

domingo, 16 de enero de 2011

Porque nadie es perfecto...

Una bonita historia extraída de la red para reflexionar en esta tarde de domingo...porque la perfección no existe y la belleza sólo depende del cristal con que se mira.


VASIJAS Y FLORES

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.

Una de las vasijas tenia varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente; desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la vasija quebrada le habló al aguador así, diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir."

El aguador, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino."

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces: ¿"Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino?. Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza."

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

No lo olvides. NO SOMOS PERFECTOS.

viernes, 7 de enero de 2011

De vuelta a lo cotidiano...

Regresamos a lo cotidiano, a la rutina, con la resaca emocional que dejan las fiestas. Los estragos físicos por los excesos gastronómicos y una lista de propósitos por cumplir en este recién estrenado 2011.

Pertenezco a ese grupo de personas que preferiría pasar por alto la Navidad, supongo que porque llevo mucho tiempo sin sentir esa magia especial de la que muchos hablan.

Reconozco que hubo una época de mi vida en la que esperaba con ganas el mes de diciembre, pero no recuerdo unas fiestas navideñas en las que todo fuera "paz, armonía y felicidad". Siempre hubo algo que estropeó esos encuentros familiares, y con el devenir del tiempo, la cosa lejos de mejorar, ha llegado al punto de que por primera vez, ni siquiera ha habido encuentro familiar alrededor de la mesa.

En Navidad tiendo a sentirme más desdichada, más pequeña, más vacía y me convierto en un ser que envidia las muestras de cariño y la unidad familiar de quienes pueden presumir de ella. Así que en lugar de recuperar la ilusión, termino perdiendo hasta la Fe, porque lo que mejora por un lado, empeora por el otro...y vuelta a lo mismo.

Con estos antecedentes, es normal que hoy me sienta más relajada.
Es como si por fin hoy, pudiera continuar con mi vida sin la tristeza de sentir que falta tanta gente, aunque estén a la vuelta de la esquina, porque no es lo mismo extrañar a quien se fue, que extrañar a quien está.
Hoy ya no tengo que fingir que todo va bien.
Hoy suelto la rabia de no poder llenar los vacíos ni de callar los silencios y continuo con mi vida como si todo fuera normal.